El trovador cubano Silvio Rodríguez
El mexicano Eduardo Valtierra invirtió más de 10 años en la preparación de un libro sobre el trovador cubano Silvio Rodríguez. No es un texto de chismes que hurgue en los cajones y sábanas de la farándula cubana, sino la historia de las canciones de Silvio contada por sus amigos más cercanos.
Eduardo Valtierra retrató el espíritu de muchas épocas por las que el compositor cubano ha transitado, dejando estelas de notas, poesía y filosofía.
La presentación de ‘Silvio, aprendiz de brujo’ se realizó el sábado 27 de noviembre en la Habana Vieja. Ediciones La Memoria, y la colección A guitarra limpia del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, son sus editores. El financiamiento llegó del Fondo para el desarrollo de la Educación y la Cultura cubano. Eduardo Valtierra intentó publicar el texto en México, pero ninguna editorial se interesó.
Si se hubiera tratado de una biografía no autorizada de Luis Miguel, otra habría sido la historia.
Valtierra preguntó a los poetas cubanos si habría posibilidad de publicarlo en la tierra de José Martí. La respuesta fue enternecedora y amarga. Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, contestó: “Sí, con gusto lo publicaremos pero tennos paciencia.
Por el momento, todos los recursos y las fuerzas están enfocadas en reconstruir las regiones destruidas por el huracán.”
La promesa no cayó en saco roto y en noviembre del 2010, a pesar de todos los pesares, el libro salió a la luz.
Silvio de boca en boca
En México pasa algo muy paradójico; Silvio Rodríguez y la Nueva Trova Cubana no tienen acceso ni a la radio ni a la televisión comercial. En los medios públicos, rara vez se cuelan en la programación, con la gran excepción de Radio Educación. Sin embargo, cuando Silvio viene a México, meses antes de sus conciertos las localidades ya están agotadas.
No importa qué costosos sean los boletos. Algunos lugares preferentes llegan a costar el equivalente a cien dólares o más.
Casi siempre después de dar conciertos en grandes auditorios, Silvio dedica uno gratuito y masivo, en el Zócalo de la Ciudad de México o en el Monumento a la Revolución. Ambas plazas gigantescas se llenan de inmediato. Es en verdad impresionante ese público formado por decenas de miles de personas sentadas en el piso, escuchando en absoluto silencio a Silvio, uno de los grandes embajadores de la Revolución Cubana.
La Nueva Trova Cubana, embajadora cultural
Las canciones de Silvio Rodríguez, así como del resto de la Nueva Trova Cubana, han acompañado en las últimas tres décadas a los movimientos estudiantiles y sociales de México, incluso a los zapatistas. Es legendario el comunicado del Subcomandante Marcos basado en el texto de la Historia de las Sillas, de Silvio Rodríguez.
El rebelde mexicano ilustró con una grabadora destartalada y su propia voz el dilema de tomar el camino fácil o el correcto utilizando aquella hermosa canción.
La presentación del libro que terminó en fiesta
Es insólito que un mexicano presente un libro en Cuba sobre un tema cubano. Es como llevar azúcar a la zafra. El emocionado y nervioso Eduardo Valtierra presentó su libro ante un público trovadicto y leyó algunos pasajes. Y para deleite de los presentes, imitó el acento de Silvio Rodríguez.
A la historia de cada canción, siguió la balada interpretada por los trovadores Silvio Alejandro Rodríguez, Diego Cano, Ariel Díaz y Liliana Héctor.
Hace años, Eduardo Galeano dijo que los dos más grandes poetas latinoamericanos vivos son Chico Buarque y Silvio Rodríguez. ¡Cuánta razón tiene Galeano!
Silvio no pudo asistir, pues estaba en Madrid, pero le prometió a Valtierra asistir a la próxima presentación del libro en febrero en la Feria del Libro de La Habana.
Amargo consuelo
Al terminar la borrachera de trova, anécdotas y canciones, todo volvió a la normalidad.
Valtierra y quien escribe estas líneas caminamos por la restaurada Habana Vieja. En el camino, conocimos a una señora que nos contó de la pobreza, de los tremendos problemas de la vida cotidiana, de las grandes desigualdades sociales que ha dejado el turismo en Cuba, y del pesimismo que hay sobre el futuro.
Yo pensé en consolarla contándole de los descabezados, descuartizados que tenemos a diario México, de las ejecuciones, los secuestros, los feminicidios, la corrupción e impunidad, pero me arrepentí, porque después quién nos consolaría a Valtierra y a mí.