La picazón crónica es, para muchos, más difícil de soportar que el dolor. Puede aparecer en las mismas zonas que el dolor, pero con la diferencia de que la parte interna del organismo es insensible a la picazón. La piel, en cambio, es muy sensible a ella, debido a que los nervios táctiles desempeñan un papel importante en esta sensación. Por lo demás hay grandes diferencias entre una persona y otra en lo que se refiere a la sensibilidad a la picazón.
Hasta la misma persona, por circunstancias desconocidas, puede reaccionar unas veces más fuertemente que otras. Porque se trata de un fenómeno fácil de influir psíquicamente. Es muy probable que Ud. comience ya a rascarse, solamente al leer este texto. Y, si le cuentan una historia sobre insectos que pican, como pulgas o piojos, o, mejor aún, ve imágenes de ellos, seguro que le provocarán picazón.
La sensibilidad a la picazón se refuerza con el calor, debido a un mayor flujo de sangre a la piel, y por efecto del sudor o de factores psíquicos. Y sin olvidar la sequedad de la piel. Con el paso de los años, la piel se vuelve más fina y sensible a la deshidratación.
El jabón y el ambiente seco que produce la calefacción central deshidratan aún más la piel, aumentando la probabilidad de que se sienta picazón. De ahí que se recomiende lavarse sin jabón y colocar humificadores de ambiente en la vivienda, especialmente en el caso de que se trate de personas mayores.
Enfermedades y La picazón crónica
Hay varias enfermedades que tienen como principal síntoma la picazón, entre ellas la diabetes, las afecciones de la vesícula biliar, anómalas renales, gota y algunas formas de cáncer. En las mujeres puede aparecer durante la menopausia, la menstruación y el embarazo.
Hasta ahora hemos hablado de aquella picazón que se presenta sin que la piel haya experimentado un cambio visible. Combinada con manchas rojas o granos, la picazón puede indicar la presencia de una forma de alergia.
Pero también el alcohol, el café, la nicotina, el cacao o la cocaína, la falta de vitaminas y algunos animales pueden provocar manchas rojas con picazón.
Se puede tratar también de la urticaria, unos bultos causados por alergia a determinados alimentos (pescado, fresas, alcohol o marisco) o por reacción a ciertos medicamentos, como la aspirina (o sea, su componente, el ácido acetilsalicílico), la quinina, los preparados de sulfamidas, las penicilinas y otros antibióticos.
Extremadamente molesta es la picazón en la zona púbica, cuyas causas son también de diversa índole, como infecciones, ladillas u hongos. Otras causas de la picazón pueden ser grietas o heridas en la piel y las mucosas; algunos anticonceptivos (también la píldora); restos de detergente en la ropa interior, etc.
La picazón o comezón afecta no sólo al paciente, sino también al médico, que se encuentra impotente a la hora de remediarla. Si no se detecta una enfermedad concreta como causa – que es lo que ocurre en la mitad de los casos, más o menos – sólo se podrán tratar los síntomas y, para ellos no hay en realidad ningún tratamiento, aparte de calmantes del grupo del diazepam, como el Valium.
Un remedio casero muy viejo contra la picazón es tomar un baño de agua tibia con media taza de bicarbonato sódico, unos 300 gramos para una bañera; otros remedios tradicionales son: frotar la zona afectada con la parte interna de una peladura de limón; pasar por ella un algodón empapado en amoniaco o lavarla con jabón de alquitrán y dejarlo secar sin enjuagarlo. Algo alivian.